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jueves, 19 de enero de 2012

¿Qué (no) es Web 2.0? (Colaborador)



Se dice, se habla, se conversa y hasta se difunde. La “Web 2.0” está en boca de todos, bien sea porque sabes de ella desde hace algunos años, porque fuiste uno de los que sucumbió al fenómeno Facebook, o porque te sentiste invitado por tu personaje de influencia política favorito a abrirte una cuenta en Twitter. Pero ¿realmente sabes de qué se trata esto?

Por ejemplo, ¿sabías que el término fue acuñado por un tal Dale Dougherty en el año 2004 y ampliado por Tim O’Reilly, ambos de la editorial estadounidense O’Reylli Media? ¿Y que se refiere a una “arquitectura de participación” enfocada en la creación, administración y distribución de contenidos?

Probablemente sabías lo anterior, pero tal vez no sepas que mucho antes, en el año 1999, cuatro visionarios de la comunicación digital crearon el Manifiesto Cluetrain, en el que mediante 95 tesis o enunciados pronostican una nueva forma de hacer negocios, iniciando su manifiesto con la revolucionaria frase: “Los Mercados son conversaciones”, anunciando de esta forma un cambio de paradigma que deja atrás el reinado de los mass media.

Lo que sí sabes es que el término está de moda, que en Venezuela ha tomado tintes políticos y que las agencias de publicidad, en mayor o menor medida, lo han adoptado y convertido en la nueva panacea de la mercadotecnia, de la cual se ha derivado todo un culto metafísico manifestado en sendas charlas en tono autoyuda, que te prometen llevar al futuro hablando de pasados recientes, pero pasados al fin.

Así como ocurrió en años anteriores con las “Comunicaciones integradas”, los marketeros y publicistas convertimos las nuevas doctrinas en dogmas de moda. Y la “Web 2.0” lamentablemente no escapa de eso.

Y es que ¿de qué sirve, amigo director de empresa, que usted envíe al encargado de las comunicaciones de su compañía, a hacer un curso de 7 mil Bs. F., si al regreso éste pone en manos del pasante del departamento el manejo de sus redes y medios sociales? O ¿Dónde está la gracia en que su agencia ofrezca a sus clientes las más efectivas campañas digitales y que las mismas se inicien con un brainstorming que arranca con la frase falaz “hagamos un video viral”? 

La Web 2.0 ni siquiera es un término correcto. El moquete “2.0” que hoy en día se coloca de sufijo a todo aquello que quiere denotar vanguardia, es, en mi opinión, mal utilizado. Y en cierta forma lo digo porque sus bases conceptuales no son cosa de modas, no prometen una solución per se a la crisis comunicacional que vivimos y no son conceptos temporales.

La definición de la “Web 2.0” incluye valores que rescatan algunas de las características más importantes de la comunicación: la conversación como motor de vida del ecosistema digital, la comunidad como hábitat natural de la misma, el espíritu de colaboración como herramienta para distribuir bienes y servicios (contenidos), que son distribuidos a su vez de forma libre. Esos valores no son sensibles de “actualización” alguna, así el término “2.0” no cabe para definirlos.

Estamos ante una revolución comunicacional que apenas está empezando, y que como dice el comunicólogo venezolano Antonio Pasquali, se gestó en la creación del código binario. Y no somos nosotros precisamente quienes conoceremos sus beneficios, sus contras, sus virtudes y su alcance. Serán nuestros hijos y nuestros nietos. A nosotros nos toca la noble labor de construirles una base de información y conocimiento caótico que apenas tratamos de entender y explicar. Pero en todo caso, en lugar de decir qué rayos es la “Web 2.0”, debemos empezar aclarando lo que no es. Eso al menos nos ayudaría a meter menos la pata.

Yimmi Castillo
Caracas, Venezuela.
@YimmiCastillo

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1 comentarios:

2margenes dijo...

Culturilla general 2.O!!

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