A continuación verás los principios
esenciales con los que Apple logra en sus tiendas que sus clientes sean
"fanáticos", que recompran una y otra vez, y que recomiendan o
defienden los productos como si fueran los dueños de la empresa.
Secreto 1:
La forma de definir la visión de futuro de la empresa
Todo comienza con la visión de futuro
y las empresas más exitosas como Apple, se han planteado una diferencia crucial
en sus metas de satisfacción: "¿Queremos clientes conformes y satisfechos,
o queremos clientes encantados, fascinados, que regresen y nos necesiten?"
No se trata de una diferencia
semántica, de redacción. Apple ha comprendido que la lealtad y preferencia del
cliente requiere reinventarse y trascender hacia una experiencia de venta
significativa, tanto para clientes externos como internos. Es un asunto de
coherencia.
La visión de Apple queda claramente
plasmada en este mensaje con el que les da la bienvenida a sus nuevos empleados:
"Está el trabajo y está el
trabajo de tu vida. El tipo de trabajo que tiene tu huella. El tipo de
trabajo que nunca pondrías en riesgo. Por el que sacrificarías un fin de
semana. Tú puedes hacer ese tipo de trabajo en Apple. La gente no viene aquí para
trabajar en lo seguro. Ellos vienen para sumergirse en las profundidades. Ellos
quieren que su trabajo se sume a algo. Algo grande. Algo que no podría pasar en
ningún otro lado. Bienvenido a Apple".
La atención con visión artística reporta
beneficios integrales en la cultura de una empresa, grande o pequeña.
Incrementa la motivación y autoestima de los empleados, porque hace de su labor
un acto creativo, estimulante, digno y generador de bienestar.
En otras palabras, el compromiso de
los empleados de Apple para buscar que la experiencia de los clientes externos
sea gratamente inolvidable, es producto del esfuerzo por cultivar una cultura
organizacional orientada hacia el servicio y la atención de la gente.
Los empleados que trabajan con
dignidad de servir, convierten los "pisos de venta" en espacios de
experiencias significativas para los clientes. Pero la dignidad requiere
formación profesional.
Secreto 2:
¿La obsesión de vender o el placer de servir?
Una visión de la atención enfocada
sólo en vender no es inspiradora y conduce a una experiencia de venta
mecanizada, rutinaria, común y corriente, e insignificante.
Está muy bien que nuestro objetivo sea
crecer en el mercado, pero ese logro es una consecuencia y no la razón de la
calidad de atención que brindemos a los clientes.
Apple lo tiene claro y les dice a sus
empleados "tu trabajo no es vender los nuevos productos, sino enfocarte en
comprender las necesidades de los clientes y ayudarlos a satisfacerlas".
Vender es una oportunidad para servir
y ayudar a otros. Es una oportunidad para convertir el vínculo vendedor-cliente
en una relación humana, donde la satisfacción será una consecuencia inevitable
de ese sistema virtuoso de interesarse y dedicarse a las necesidades y
expectativas de las personas.
Para innovar y consolidar su negocio,
las empresas deben revisar el esquema de compensación variable. En muchos casos
no deberían basarlo solamente en comisiones por venta, sino combinarlo con
índices que tomen en cuenta el grado de satisfacción de los clientes.
En otras palabras, un vendedor puede
cerrar muchas ventas, pero tal vez ninguno de esos clientes regresa nunca y/o
terminan publicando en Facebook o Twitter comentarios negativos sobre sus malas
experiencias de compra.
Secreto 3:
Encantar y seducir no es sólo cuestión de técnica
Seleccionar y entrenar al personal
para se conviertan en promotores de bienestar y momentos relevantes para los
clientes es tanto o más importante que el desarrollo de conocimientos y
habilidades sobre los productos. Por eso los entrenamientos en Apple son tan
intensivos y detallados.
En las tiendas de Apple los empleados
son especialmente entrenados para ofrecer orientación a sus clientes y
ayudarlos a entender y disfrutar sus productos. En este sentido, cuentan con un
programa llamado "Uno a Uno", que fue diseñado con estas premisas: la
gente desea más un producto que entiende más, y está más dispuesta a quedarse
con la empresa de la cual recibió más orientación valiosa y honesta.
En la práctica esto significa que los
"protocolos" de atención deben basarse en una filosofía
verdaderamente centrada en el cliente. Por eso, un saludo cálido —pero
auténtico— es vital en el primer contacto, así como dedicar el debido tiempo en
escuchar de verdad a cada cliente.
No debemos suponer que un cliente que
quiere comprar lencería sólo necesita sábanas y toallas, porque tal vez lo que
aspira es redecorar su cuarto y hacerlo un sitio bello y moderno. Pero no lo
"descubrirás" sino te concentras en comprenderlo realmente para poder
vender muchos más productos (cojines, alfombras, cortinas…).
Logramos encantar más a los clientes
en la medida en que le damos más soluciones que "objetos", lo que
implica también saber atender sus dudas con profesionalismo. Los clientes
atendidos así, con nivel artístico, siempre vuelven, recomiendan las marcas y
se vuelven fanáticos.
En un mundo agitado y adverso, lo
menos que desea la gente cuando entra a una tienda es enfrentarse a lo mismo
que hace la mayoría. Así que usted tiene la fantástica oportunidad de entrenar
a su personal para ser sensible a las quejas o reclamos, y para comprender que
el cliente viene "cargado" del mundo exterior.
Un lenguaje positivo es esencial. La
expresión "no se puede" debe estar al margen de una auténtica
filosofía orientada a cultivar relaciones con los clientes. Frente a las quejas
se deben evitar frases de alto impacto negativo como: "eso no es
aquí", "cálmese que yo no tengo la culpa", "lamentablemente
eso no es posible", o "aclárese primero y venga después".
Secreto 4:
Formar "embajadores" y excelentes anfitriones
Ser empático ayuda a promover espacios
y prácticas de atención capaces de deleitar a los clientes y convertir su
visita en un momento muy especial, aunque sea breve.
Pero solo logra ser empático, de
manera auténtica y honesta, quien asume la responsabilidad de ser embajador y
anfitrión de la empresa en la que trabaja. En Apple saben que este valor se
logra con mucha formación, coaching interno y coherencia organizacional.
A los buenos embajadores y anfitriones
se les nota claramente que les encanta servir a la gente y se esmeran en los
detalles, aunque parezcan mínimos. Por ejemplo, los empleados de las tiendas de
Apple:
• No corrigen a los clientes que
pronuncian inadecuadamente el nombre de un producto, porque saben el efecto
negativo que tiene en la experiencia del cliente. Es lo mismo que hacen los
buenos anfitriones: se esmeran en hacerte sentir bienvenido y apreciado.
• No se angustian cuando un cliente
les plantea un rumor sobre un nuevo producto, ni se hacen eco de comentarios
negativos. Los buenos embajadores no culpan a otros departamentos de nada,
porque saben que para los clientes la empresa es un solo departamento.
Usted también ha sido cliente. Piense
cómo le gusta ser atendido. Los buenos anfitriones permiten a sus visitantes
tocar los productos, experimentarlos, palparlos. Brindar esa oportunidad es
hacer que la gente se sienta bienvenida y esto lo hacen muy bien en las tiendas
de Apple.
Por supuesto, también cuidan y vigilan
las condiciones físicas de sus tiendas (limpieza, orden, temperatura,
iluminación, volumen de la música y nivel de ruido, disposición de la
mercancía, diseños y colores). Saben que los clientes ven en esos aspectos
"externos" el compromiso de la empresa con el servicio.
Piense que por un momento la tienda es
su casa y usted el anfitrión de sus clientes. ¿Cómo trata usted a sus
invitados?
Twitter: @jucarjim
3 comentarios:
Sin lugar a dudas ofrecer una experiencia memorable a cada cliente escuchando sus necesidades y enfocando nuestros esfuerzos a solucionar sus necesidades garantiza el éxito de nuestra compañía.
Excelente articulo, sin duda este es uno de los fuertes de Apple en comparación con la competencia.
Tuve la oportunidad de estar an la tienda Apple de NY y efectivamente fue toda una experiencia.Los productos, todos, podían tocarse sin temor a ser descompuestos o dañados y siempre había una persona amable ofreciendo ayuda. Era muy evidente que los vendedores eran usuarios expertos de los productos y todo se facilitaba para la compra, bueno, incluso hacer fila para pagar no era tan desesperante. Lo que los anfitriones vivian podían trasmitirlo a los clientes y pude ver, a clientes en entrenamiento gratuito, si alguno/a no sabia usar una función del equipo, ahi mismo le daban clases sin costo para que saliera usandolo.
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