Aguas
arriba
Abres la tienda en la mañana y luchando
contra la oferta, la demanda, las regulaciones y la inflación logras vender la
totalidad de tus productos. Probablemente al final del día, cuando cierres tu
tienda te darás cuenta que fue un día grandioso y que eres muy prospero en tu
negocio.
Sin duda alguna, eso hace que tu esfuerzo se
vea recompensado y tus expectativas de trascender en el tiempo sea un hecho
casi palpable, por lo que no tienes dudas de la continuidad de tu negocio.
Ahora bien, llega la mañana siguiente y
llamas a tu proveedor y le comentas que vendiste todo y que quieres reponer tu
inventario, y te responde -también con mucho optimismo- que le parece perfecto
y que cuanto antes te hará un nuevo despacho. Pareciese que hasta aquí, el
ciclo del negocio se cumple y todo va encaminado de forma positiva.
Aguas
en el medio
Llega la orden de entrega y chequeas el
precio. Lamentablemente tu proveedor se vio en la obligación de incrementar el
precio de la mercancía, producto de: i) mayores regulaciones fiscales, ii)
devaluación de la moneda, iii) incremento en los costos asociados a la
producción del producto y tantas otras variables que hicieron que para él fuese
imposible no aumentar los precios.
Ahora bien, con lo que tienes en caja, solo
puedes reponer la mitad del inventario que ya habías vendido por lo que ahora
tu negocio pasa a ser la mitad de lo que era antes y adicionalmente debes
aumentar los precios y te vuelves un eslabón más en el proceso inflacionario.
Obviamente, mi ejemplo es algo dramático,
este tipo de práctica desfasada no es vista en negocios de trayectoria y con
control de las entradas y salidas de inventario; no obstante, los efectos
intrínsecos si están.
Aguas
abajo
¿Una solución para esto? Complicado. El Costo
de reposición, de recuperación, de reprocesamiento o en su término en inglés replacement cost, es un asunto que debe
ser evaluado detalladamente por cada emprendedor, con el objetivo de prever los
impactos que se generaran producto de la compra de nuevos inventarios para la
producción o para la venta.
El
no evaluar este asunto de manera detallada, hará que sencillamente la entidad
no esté en la capacidad de poder darle continuidad al negocio, lo que redundará
en frustraciones y el deseo de desistir del mismo en el corto plazo.
En países
inflacionarios como el nuestro, la reposición es todo un reto que debe ser
afrontado con mucho análisis y criterio. No basta solo pensar en el hoy y estar
encerrado en las cuatro paredes del negocio. Se debe analizar opciones
distintas, productos parecidos, proveedores con mejores condiciones y un sinfín
de actividades a las que debemos dedicarle 24/7.
Hasta
una próxima entrega.
Twitter: @wlagc
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