Aguas arriba
Siguiendo
con mi artículo de la semana pasada, quise traer un ejemplo muy interesante que
lamentablemente en Venezuela aún no podemos disfrutar, y es el fenómeno Starbucks.
Puede
sonar raro, pero tomarse una bebida en Starbucks
es una experiencia inigualable (bastante caro, pero inigualable). Claro, esa
experiencia –en mi caso particular- solo podía disfrutarla una vez a la semana,
dado que el precio de la bebida era equivalente a aproximadamente dos
almuerzos, por lo que el momento se hacía más especial aún.
Al
entrar en una cafetería de esta cadena, sientes que el estrés lo dejas atrás,
que estas en una burbuja y das rienda suelta al placer de hacer una buena
lectura o de comenzar una amena conversación.
Aguas en el medio
Toda
esa travesía comenzó en 1971 en Seattle, Estados Unidos, con un trió de jóvenes
emprendedores con muchas cosas en común, entre las que resaltaba el hecho del
gusto por disfrutar un buen té o café de alta calidad, música clásica, y una
gran admiración por el clásico de la literatura norteamericana Moby Dick.
Este
negocio no nació a priori con el deseo de convertirlo en una corporación
internacional, sino por el profundo amor que tenían de vender un café de
altísima calidad, que la gente pudiese disfrutar tanto como ellos.
Luego,
con el tiempo se fueron separando poco a poco, para darles paso a personas con
un profundo interés de expandir el negocio y convertirlo en lo que conocemos
hoy.
Aguas abajo
Hay
algo muy interesante en toda esta historia, y es el hecho de saber que en el
momento en que estos emprendedores tomaron la decisión de iniciar su
negocio, la ciudad estaba en medio de una grave crisis producida principalmente
por la empresa Boeing, la cual había
originado un desempleo importantísimo. Para entonces, se veía una inmensa valla
en la ciudad de Seattle que decía: “¿La última persona en abandonar Seattle
apagará las luces?”.
Este
tipo de historias de emprendimiento nos dejan muchas enseñanzas en cuanto al
afán de llevar a cabo un proyecto. Para ello hay que enamorarse de un concepto,
ejecutarlo y dejarlo crecer. Para ser un emprendedor no solo se necesita
dinero, también se necesita mucho coraje, decisión y por sobre todo, optimismo
a toda prueba. Hasta una próxima entrega.
@wlagc
27 comentarios:
El mundo es de los emprendedores....
Ahora quiero café :c
excelente.
buen articulo para pensar
bastante interesante.
Muy bueno.
bastante caro, pero inigualable..
que crisis ?
interesante!
"Para ser un emprendedor no solo se necesita dinero, también se necesita mucho coraje, decisión y por sobre todo, optimismo a toda prueba"
Enough said :)
una bebida el precio de dos almuerzos esta caro ._.
buen articulo.
un Starbucks aqui me cuesta 50bsf casi nada
muy intrigante, da curiosidad saber que sensación te trae el starbucks
muy interesante este articulo
muy bueno
seguro que starbucks es igual a un cafe de nescafe!!! no tiene nada de especial!!
Starbucks: coffe? how does it work?
La crisis ha afecto seriamente.
Molleja de caro prefiero los 2 almuerzos a el café ese
puede que sea un desestresante para aquellos emprendedores que viven estresados.
muy cierto e interesante....
Inverosímil.
Es interesante cómo de cosas sencillas como compartir gustos, surgen ideas millonarias que hacen que emprendedores triunfen sobre una crisis.
de todo esto la para ser un buen emprendedor es necesario tener buenas ideas y coraje para lograr lo que queremos..
excelente articulo, de ideas pequeñas nacen buenas oportunidades.
Muy buen artículo
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