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miércoles, 22 de agosto de 2012

Cuentas por cobrar (colaborador)



Aguas arriba

Un negocio que factura millones al año pero que no cobra un centavo irá en caída libre tan rápido como el que no vende absolutamente nada. 

Generalmente, las empresas con políticas de ventas a crédito cuentan con equipos robustos de cobranzas que salen con un cuchillo entre los dientes a cumplir su nada agradable misión de cobrar a toda costa. El salir así no implica lograr el cometido, pero sin duda alguna será una forma de hacer ver a los clientes que están interesados en mantener la relación, pero que al mismo tiempo les interesa mantener en pie el negocio.

Vender es cada vez más complicado, pero cobrar es aún peor. No importa la técnica que se aplique para cobrar; si su cliente no quiere o no puede pagarle, téngalo por seguro que no lo hará.

Es importante que los líderes en las organizaciones le recuerden a la fuerza de cobranza, que le cobrarán a alguien que queremos que siga siendo cliente, pero que eso tampoco implique una ciega pleitesía, dado que el llegar a los extremos puede poner el emprendimiento en jaque.

Aguas en el medio

Hay compañías que tienen políticas muy interesantes, donde -por ejemplo- no despachan a clientes insolventes. Ahora bien, si su producto no es neurálgico, tendrá que apegarse a la fe y a la paciencia para salir bien librado. Aún recuerdo a un viejo amigo con su camión repleto de productos de limpieza, pidiéndole –casi con tono de suplica- al dueño de una licorería que al menos le pagara la mitad de la factura.

El problema de la cobranza tardía no solo trae asuntos por resolver obvios de falta de liquidez, sino también de índole fiscal, donde la entidad termina pagando impuesto a las ganancias y a las ventas sin haber cobrado un solo centavo,  y donde la excusa de no haber recuperado el dinero no se convierte en argumento válido –en la mayoría de los casos- al momento de ser visitado por el socio más insistente del negocio, por lo que en muchas circunstancias se ha vuelto esto el detonante para llevar a un negocio a su liquidación. 

Parece mentira, pero el proceso de cobranza de efectivo genera un efecto multiplicador tal, que hace que toda la economía se reactive de manera inmediata. Si usted cobra y a su vez le paga a sus proveedores y empleados, estos a su vez harán lo propio con sus relacionados, lo que contribuirá en el mantenimiento de relaciones saludables durante todo el ciclo de negocios.

Aguas abajo

Recomendaciones: 

  1. Mantenga un análisis al día de cobranzas y de clientes en mora (incluyendo antigüedad de las mismas);
  2. Mantenga el contacto personal con ellos (visítelos, llámelos)
  3. Negocie nuevas formas de cobranza
  4. Imponga reglas claras y justas, 
  5. Esté atento al flujo de caja y maneje sus finanzas en función a eso, 
  6. Revise las políticas de comisiones tanto a vendedores como a cobradores y chequee que realmente se sientan incentivados y que a la vez los mantenga lejos de prácticas extrañas -que tengan como objetivo crear figuras y transacciones creativas-,
  7. Anticípese y sepa a quien le vende, maneje claramente el tema de valoración de sus cuentas por cobrar y su fair value
En ocasiones, es mejor ser prudente ya que no todos pueden ser nuestros clientes. 

Hasta una próxima entrega.

@wlagc

jueves, 26 de abril de 2012

7 Consejos Útiles para Presionar Eficazmente al Deudor (colaborador)




La presión como recurso de negociación tiene como fin afianzar el sentido de responsabilidad del deudor. Esto se realiza mediante un seguimiento marcado y constante, de tal manera que el deudor no evada sus obligaciones y compromisos de pagos. A continuación algunos consejos prácticos que le permitirán cobrar más rápido y seguro.

1. No pierda de vista lo que busca

Tenga claro lo que va a decir, cómo lo va a decir, cuando lo va a decir y porqué lo va a decir. Demuéstrele al cliente que usted sabe de lo que habla.

2. Sea cortes y amable cuando hable con el deudor

Usted debe dirigirse al deudor con cortesía, educación, respeto y cordialidad. Procure hablarle con un tono de voz gentil pero a la vez convincente. Nunca alce la voz ni mucho menos insulte.

3. Trate de identificar puntos o temas en el que pueda coincidir con el deudor

Aun cuando pueda tener posiciones encontradas con su cliente eso no significa que no pueda compartir los mismos intereses. Muéstrele al deudor que sus valores e ideas se vinculan con las de él.

4. Estructure bien sus argumentos

Es necesario no improvisar. Las ideas deben estar bien estructuradas. Si transmite inseguridad y desconcierto difícilmente logrará influenciar al deudor. Para que un argumento sea persuasivo este deberá tener una estructura clara basada en la repetición y la ubicación. Al repetir varias veces una idea usted logrará grabarla con éxito en la memoria del deudor. Por otra parte es fundamental que los temas o asuntos que se traten sean de importancia para su cliente. En caso de que no lo sean trate de realzar el valor de los mismos haciendo énfasis en las ventajas y los beneficios que estos generan.

5. No olvide alimentar el ego del deudor

Trabaje el tema del reconocimiento. Todo el mundo le gusta ser reconocido, valorado y sentirse importante. Esta estrategia sirve para generar mayor empatía, facilitar la conexión con el deudor y que estos sean más receptivos a nuestras palabras.

6. Tenga confianza en usted mismo

Crea en usted. No delegue nunca esta responsabilidad en nadie. Para cobrar con éxito usted debe estar convencido que el uso de sus habilidades y destrezas le generaran los resultados esperados. Recuerde también creer en las ideas o argumentos que vaya a exponer. Si usted no está convencido de lo que está diciendo, difícilmente logrará convencer al deudor que le pague.

7. Utilice la presión por niveles

A diferencia de otros recursos de negociación usted puede usar la presión un sin número de veces siempre y cuando sepa incrementar de forma estratégica los niveles de contundencia.

Enrique Rosas González
Experto Latinoamericano en Cobranzas y Negociación