La sociedad es un tema imprescindible a nivel de emprendimiento, dos remeros haciendo esfuerzo al mismo tiempo y en la misma dirección, hacen que el bote vaya más rápido, pero si uno no hace el mismo esfuerzo, el bote empieza a dar vueltas sobre sí mismo, por ende, este detalle se hace más temprano que tarde, necesario: ¿voy sólo o voy en compañía?.
No es fácil la respuesta, ya que depende de tres factores que cambian constantemente: su personalidad, la personalidad del socio y los requerimientos del emprendimiento.
Para poder determinar si un socio puede o no contribuir al desarrollo de un emprendimiento, debes primero establecer los requerimientos de la empresa que vas a iniciar, y un plazo medio, digamos de 2 a 5 años. Luego, tome en consideración el capital inicial que requiere y aquel que efectivamente puede conseguir (sobre los elementos a tomar en cuenta para evaluar una idea de negocio, te recomiendo dos: como saber si mi idea de negocio es rentable y la herramienta BeRiREX). Muchas veces, el socio de un emprendedor, es un financista o socio capitalista, lo cual, puede permitir el financiamiento del mismo, con un retorno sólo posible en caso de ser un emprendimiento exitoso, por lo cual, el financista arriesga su capital, al igual que el emprendedor, su idea, tiempo y esfuerzo.
Procure buscar un socio con habilidades que necesitará en el desarrollo del emprendimiento, ya que el dinero puede conseguirse de varias formas, siendo la sociedad, tal vez, un poco costosa como medio de financiamiento de su proyecto.
En preferencia, si la sociedad es en número impar, cualquier conflicto (que existirá, sin lugar a dudas), puede ser resuelto, por el tercero, aunque esta condición cambie permanentemente.
Cada socio debe saber su papel y funciones dentro de cada etapa del emprendimiento. Independientemente, uno de los socios debe ser el jefe del proyecto o líder, ya que no todas las decisiones podrán tomarse en mutuo acuerdo.
Normalmente, es recomendable que las finanzas las maneje un empleado de la empresa y no un socio, ya que de esa manera, la información puede ser siempre accesible para cualquiera de los socios, sin que implique la sensación de vigilancia por parte de otro socio.
Lo más recomendable es crear un documento escrito y firmado por ambos socios, sobre las funciones, formas de resolver conflictos, manejo de inventarios, decisiones que deben ser sometidos por ambos de mutuo acuerdo, bases de independencia entre ambos, formas de participar en los beneficios, entre otros puntos sensibles. Guardar dicho documento, y leerlo de vez en cuando, para recordar las reglas impuestas entre los integrantes de esa sociedad. Si no pueden cumplirla, piense que más pronto que tarde, deberá romper esa sociedad, ya que no respetar las pautas autoimpuestas, no permite determinar el comportamiento futuro de la persona que lo hace, y a nivel de emprendimiento o empresas, es necesario tener claro y planificado el futuro.
Asociarse siempre es un riesgo, pero atraer a un socio capaz de ayudar a llevar la empresa a buen puerto, como dice la publicidad de una tarjeta de crédito: No tiene precio.
Fernando Fuentes Pinzón
Twitter: @emprendovzla
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