Aguas arriba
El
éxito o fracaso de las compañías está atado en gran medida al compromiso
organizacional que se haya creado en el tiempo entre empleados y patronos.
Ese
compromiso se traduce en un alto grado de identificación del recurso humano con
las letras y logo que representan, con lo cual se crea una especie de manto
invisible que hace que el objetivo de los empleados este alineado a la visión
de la compañía, donde el esfuerzo individual hace que los éxitos sean un hecho
totalmente previsible.
En
Venezuela es difícil identificar conexiones de este tipo; sin embargo, hay
casos muy importantes que son dignos de estudio, pero que es poco probable que
puedan ser calcados, dado que ese manto invisible va más allá de la
remuneración y del estatus y está unido en muchos casos a aspectos que pudiesen
considerarse hasta obvios, pero que no lo son. Es complejo lograr que un
empleado sienta el orgullo de hablar de los logros de un ente abstracto, como
si fuesen propios.
Aguas en el medio
Una
fórmula para lograr ello, es un reto que no creo poder ofrecer; no obstante, el
simple hecho de que los líderes de una organización den el paso para poner
sobre la mesa ganas y recursos, hace que exista una señal palpable de que se ha
entendido que es un reto que vale la pena intentar.
En
el pasado me he enfocado en aspectos un poco más tangibles, que sin duda alguna
pueden generar la posibilidad de ser rentables, pero la diferencia entre una
empresa rentable y otra de “high performance”
se logra con un esfuerzo adicional de todas las partes involucradas, que
seguramente redundara en mayores y mejores beneficios para todos.
Lo
primero es evaluar la cultura organizacional y todo lo que ello conlleva y
poder identificar si se está enfocado en un logro común, que sea de
ganar-ganar-ganar y ojo, no me equivoco al escribirlo tres veces.
Aguas abajo
Vivimos
tiempos difíciles. Además de difíciles, se me hace que son un tanto
impredecibles; lo cierto es que todos debemos tener un alto nivel de conciencia
en cuanto a los eventos que vivimos y nuestra posición al respecto.
Debemos
ser agentes de cambio en el marco de las buenas prácticas de convivencia, que
garanticen con ética y conocimiento el logro de mejoras en las empresas para
las cuales trabajamos e impulsar que con nuestro apoyo sean cada vez más
rentables, más correctas y más involucradas con el compromiso social bien
encaminado, alejándonos de prácticas nocivas y destructivas que atenten contra
nuestro entorno. Hasta una próxima entrega.
@wlagc
http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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2 comentarios:
Muy interesante este asunto que debería enfocarse con una perspectiva diferente a la habitual. Precisamente ayer publicaba esto sobre el asunto http://bit.ly/z7rr1H
Interesante el articulo sobre la Cultura Organizacional a desarrollar dentro de una organizaciòn que busca la identificaciòn plena y profunda entre los miembros de ella.Es un reto,un trabajo arduo lograr esa identificaciòn y hoy en dìa la ètica pudiera ser la que sirva de apalancamiento de avance a la consecuciòn de un logro comùn.
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