Una regla básica de inversión es no asignar fondos
para realizar inversiones, que sean necesarios o requeridos para el pago de
compromisos recurrentes, por ejemplo gastos mensuales de alimentación. Estos fondos deben estar libres para que
puedan ser asignados en documentos o inversiones con diferentes plazos y
vencimientos.
Al realizar inversiones, debemos evaluar si dichas
inversiones se financian a través de otros medios que involucran un cargo o
interés. Por ejemplo, si se decide
realizar una inversión de $25,000.00 en la cual se obtiene un rendimiento
promedio de 9% y por el otro lado se
mantienen deudas con tasas de interés de 18% para tarjetas de crédito,
préstamos personales por 14% y préstamo de auto de 10% los cuales totalizan
$25,000.00, la decisión de invertir debe eliminarse.
Primero es necesario cancelar deudas que tengan gastos
por interés superiores a los réditos esperados de una inversión. Claro está,
que debemos buscar alternativas de inversión que brinden réditos superiores a
los costos de financiamiento de la deuda, para que el efecto neto sea positivo.
El tema de diversificación de la inversión asociada al
tipo de riesgo, es crítico para determinar cuánto se asigna a los diferentes instrumentos
de inversión. Se debe tener muy presente
que para determinar una estructura de su portafolio de inversiones, se debe
definir previamente la agresividad de la inversión o la tolerancia a cierto
nivel de pérdida.
Se debe comparar este nivel de pérdida aceptable
contra cada riesgo que se asume por instrumento o bien, establecer el total de
pérdida que estaría dispuesto a asumir en determinado momento, de su capital
inicial. Un buen portafolio de inversión
considera diferentes instrumentos o documentos que contienen una combinación de
niveles de riesgo, rendimiento, plazos y diversidad de documentos dentro de la
canasta de inversión.
De manera más simple,
todo inversor debe establecer su nivel máximo de pérdida y crear una
estrategia de aversión al riesgo, la cual debe elaborar con su asesor de
inversiones. Igualmente, se debe iniciar
una inversión cuando se tiene claro la meta y objetivo que se desea alcanzar en
cierta cantidad de años.
Finalmente, debemos incorporar una nueva variable a la
ecuación de inversión y esta es el nivel de inflación. Basados en la experiencia previa, el nivel de
la inflación ha tenido por más de 20 años un comportamiento entre el 1% y 2%
(Panamá). Para los últimos 4 años, este
nivel de inflación ha escalado a niveles de 4.5% promedio. Por tal motivo, debemos considerar mayores
rendimientos y establecer un margen de ganancia que tolere estos niveles de
inflación para obtener valores positivos al final del periodo de inversión.
Una buena combinación de todos los elementos antes
citados, brindarán al nuevo inversionista una mejor postura ante los posibles
inconvenientes o pérdidas que se originen del comportamiento regular del
mercado bursátil.
Ricaurte
Castrellón D.
Asesor
Financiero
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