Una línea de crédito se entiende como una
herramienta que financia operaciones de corto plazo y plan de
contingencia en momentos de estrecha liquidez. El propósito de las líneas
de crédito puede variar según requerimientos de la empresa, puede ir desde el
financiamiento de las operaciones diarias, compra de inventario, inversión
inicial de proyectos, abonos para adquisición de activos (equipo rodante y activos
fijos); así como fuente de capital de trabajo.
Existen múltiples ventajas que ofrecen las líneas de crédito, sin embargo, resaltan la característica de ser un crédito rotativo y la disponibilidad inmediata de efectivo.
Una condición que es característica importante al momento de otorgar una facilidad de crédito, es que las entidades financieras establecen los límites de crédito de acuerdo a la capacidad de pago del solicitante o deudor. Claro está, esto es lo que indica la norma; sin embargo encontramos frecuentemente en el mercado algunas excepciones.
Al evaluar algunas desventajas que se desprenden de esta facilidad crediticia observamos que: la entidad financiera se reserva el derecho de eliminarla o no renovarla al momento de su revisión, se exige la presentación periódica de estados financieros por parte del solicitante y la exigencia o cumplimiento de determinados rangos aplicados a los índices financieros.
Al tomar la decisión de contratar una línea de
crédito, se deben contemplar múltiples factores que afectarán la negociación, por supuesto, si la empresa posee una sólida condición financiera no
tendrá problemas en la obtención de una facilidad crediticia con buenas
condiciones o superiores a las que ofrece regularmente el mercado. Por otra parte, si la condición financiera es
débil, esto simplemente deja al solicitante en manos de la entidad financiera y
merced de que se le apliquen condiciones
desfavorables en comparación con las mejores oportunidades que se pudiesen
obtener del mercado crediticio.
Cuando se negocien las condiciones de la facilidad,
debe tener presente las comisiones aplicables, costos por renovación, garantías
y el porcentaje de esta sobre el límite otorgado. Por último, pero no menos importante se
encuentra la negociación de una tasa de interés adecuada a las condiciones del
mercado, industria y al nivel de riesgo que asume la entidad crediticia al
otorgar dicho crédito a la empresa.
Es imperante,
informarse muy bien de las ofertas vigentes, para poder establecer los rangos
óptimos que brindarán a la empresa un mejor o menor costo por
financiamiento. Evidentemente, el costo
de financiamiento, impacta directamente la eficiencia de la empresa y los
niveles de rentabilidad. Igualmente, al
apalancarse con financiamientos altos, ello afectará los precios de venta de
sus productos o servicios.
Esta
condición lleva a la empresa a rediseñar
sus estrategias de mercadeo, condiciones y términos de crédito a sus clientes,
política de precios, beneficios y valores agregados que la empresa estará en
condiciones de ofrecer a sus clientes.
Dependiendo de las decisiones que se deriven de esta situación, hará a
la empresa más o menos competitiva con respecto a sus competidores directos en
su segmento de mercado.
Ricaurte Castrellón D.
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