Para
quien no lo recuerde, el Inspector Gadget era una serie animada de los ochenta-noventa, basado en un cyber que tenía una cantidad
de elementos adicionales en su cuerpo (cual navaja suiza), por lo cual, prácticamente
era capaz de hacerlo todo, sin embargo, era torpe y por ello a pesar de contar
con las herramientas adecuadas, no tenía las habilidades necesarias,
requiriendo siempre la ayuda de su sobrina y su perro, para resolver cualquier
problema laboral que se presentase.
Ambas situaciones se ven en el mundo del emprendimiento, sobre todo cuando el emprendedor confunde sus propias habilidades
con sus herramientas (si tengo cámara, hago un vídeo o si tengo un software de
diseño, pues puedo yo mismo diseñar, por no decir que si se tiene una pc, se puede programar) haciéndole perder su recurso más valioso:
el tiempo, en actividades que no podrá hacer mejor que los profesionales de
dicho oficio (salvo que invierta muchas horas de trabajo, pruebas y estudio), además, que difícilmente le aporten valor directo a sus propias
capacidades de dirección o desarrollo del producto o servicio que procura
emprender, que es al fin y al cabo, lo que debe concentrar el esfuerzo emprendedor.
Por
ello, el primer punto que un emprendedor debe tener en cuenta para evitar
convertirse en un torpe Inspector Gadget, es definir claramente cuáles son sus
habilidades y responsabilidades, límites que deberán servir para recordarle que
los demás que contrate o con los cuales se asocie, también tienen habilidades
específicas complementarias o diferentes del emprendedor, que deben ser
respetadas por parte de este, y por ello, debe poder confiar en el
profesionalismo de estos (claro, ello no es óbice para realizar una supervisión
o corrección de su trabajo, pero tampoco significa que le recomendará sobre
técnicas o software con los cuales el profesional, freelance o trabajador se
gana su propio salario, ya que esto es desconfiar de sus capacidades, y si
fuera ese el caso, lo mejor es contratar a otro que le dé mayor o mejor
confianza).
Pero no
sólo en este aspecto se habla del síndrome del Inspector Gadget, sino en cuanto
a sus propias relaciones con su equipo, ya que en la serie animada, nunca era
el Inspector quien resolvía el crimen o caso, sino su sobrina, sin embargo la
gloria iba a este, por supuesto, la serie no duró lo suficiente como para que la sobrina se sintiera incómoda con esta situación, pero en el mundo real, si se presentará, seguramente más rápido de lo que se puede esperar inicialmente.
El hecho de contratar o asociarse con un personal
competente, que logre terminar su labor de manera excelente, no es un eximente
para el trabajo del emprendedor, que debe ser la suma coordinada de todos los
esfuerzos y herramientas para lograr obtener los objetivos de la empresa o
emprendimiento, además que esta separación parcial de las habilidades y
funciones, les permitirá dar el justo reconocimiento interno (que a veces hace
falta) a quien lo realice de forma adecuada.
Recuerde,
el Inspector Gadget fue cancelada de forma temprana, no repita sus errores y
podrá aspirar a que su emprendimiento dure más de dos temporadas.
Fernando Fuentes Pinzón
@emprendovzla
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