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miércoles, 29 de mayo de 2013

Clase 5: Ética para emprendedores


Continuando con las clases para emprendedores, hoy presentados el tema 5: la ética. 

La ética es la suma de los valores, trata de identificar aquellos razonamientos universales, que permiten identificar una conducta como buena o como mala, mientras la moral es la búsqueda individual de estos principios rectores, por ello, si bien ambos van juntos, a nivel de una organización se debe hablar de ética, ya que debe operar con principios comúnmente aceptados, basados en obligaciones o límites morales de cuatro factores diferentes: el individuo (el propio emprendedor o accionista), el cliente, la organización y la sociedad. Al tener intereses y principios rectores diferentes, pasamos a estudiarlos rápidamente: 

1. Emprendedor. 

Cualquier puede ser la causa inicial, pero un emprendedor normalmente tiene en su arsenal de principios rectores cuatro que los identifican: libertad (independencia o autonomía), ya que normalmente no es de su gusto el trabajo remunerado, donde debe seguir o acatar instrucciones u horarios específicos, sino tomar y trabajar sus propias decisiones; Abnegación (sacrificio), ya que abandona su "zona de confort", por un proyecto que no garantiza su permanencia en el tiempo, y para ello, debe no sólo invertir capital, sino tiempo y esperanzas en mayor proporción que en un trabajo remunerado; Frónesis (sentido común), que consiste en poder evaluar las cosas según los objetivos y las consecuencias que lleva la acción seleccionada; y Honestidad (sincero), en los negocios y en la vida, quien es consecuente entre sus palabras y sus acciones, se le cree más, ya que este valor va de la mano de la capacidad futura de seguir haciendo negocios.    

2. Clientes. 

El cliente buscará la satisfacción de sus propias necesidades, así que el interés o valor que rige a este colectivo, por lo menos desde el punto de vista de la actividad emprendedora, debe ser entendido como: la Justicia, como valor, que consiste en "darle a cada quien lo que se merece". No es ingenuo comprender que el cliente entenderá la disyuntiva entre pagar mas por una mejor calidad o menos, por menores capacidades. El problema reside precisamente en pagar mas, por un menor servicio o producto, de allí, la insatisfacción del cliente y todos los problemas relacionados. 

La justicia deviene de la capacidad de juzgar las causas y las reacciones, bajo el entendido, de las obligaciones mutuas entre los componentes de una relación comercial. Si se ofrece una garantía, lo justo que espera el cliente es que sea posible su ejecución. A mayor traumas o pasos para lograrlo más lejos se estará del valor justicia, y por supuesto de la satisfacción del cliente.   

De la correcta suma de mínimos y máximos entre lo esperado y lo obtenido, tanto por el cliente, como por lo esperado dar por parte del emprendedor o empresario, tendremos los parámetros de calidad del servicio o producto. Por ello, entender empáticamente el término de lo esperado por el cliente, y la expectativa de "darle lo que corresponda", según la justicia, es el valor cardinal de esta relación. 

3. Organización.

El interés básico de una organización debe ser sobrevivir, sin embargo, debe lograrlo sin comprometer a los clientes, a los proveedores, a los empleados y a la propia colectividad (por no pensar, en el propio emprendedor), debe mantener unos principios básicos en su accionar, ya que si bien una empresa per se es una persona jurídica, la realidad es que sus decisiones son tomadas por personas naturales, y el resto de las personas que interactúan con ella lo saben. 

Por ello la empresa debe mantener unos principios básicos cardinales, como lo son: Prudencia (recta ratio agibilium), entendida como aquella virtud que permite marcar la pautas a las otras, en el sentido de lograr entender los objetivos y seleccionar los medios (limitados) para lograrlo, en la búsqueda de lo justo y lo útil, es más allá de sólo escoger medios, es hacerlo con cierto nivel de razonamiento moral en cuanto a sus consecuencia; Templanza, debe saber controlar los impulsos de los fundadores o de los propietarios, para beneficio de la misma empresa. Es decir, no confundir las necesidades o deseos de los propietarios con la mejor conducta que repercuta en beneficios, aunque sean a mayor plazo su recompensa; y Fiabilidad, una empresa que no logre mantenerse confiable, bien porque no sea honesta, o porque no mantenga en alto los valores hacia los clientes o sus propios empleados (justicia), no podrá garantizar su sostenibilidad en el tiempo. 

4. Colectivo

Se refiere a las responsabilidades de la empresa con el medio que la rodea, que se resumen dentro del concepto moderno de la Responsabilidad Social Empresarial, que implica que sus operaciones deben dar una ventaja a la zona donde labora, y nunca un daño (normalmente ambiental o social). 

Una empresa cuya actividad afecte a sus vecinos, tendrá relaciones conflictivas que terminarán afectándola directamente. Igualmente, el concepto de "prosperidad en medio de la pobreza", tampoco puede mantenerse, sin que resulten en afectaciones a los bienes de la empresa o de sus empleados, por lo cual, la política de ayudas sociales en deportes o en educación, responden a dichos criterios. 

En fín, la ética y los valores los tenemos todos, sin entrar a considerar el nivel moral de aceptación de cada uno de estos, los presentados son entendidos como universales para el sector analizado, por ello, tal vez sea necesario establecer un cuadro con los principales valores, tanto del emprendedor individual (que conserva para él) como de la empresa (con su respectivo manual de conducta).

Fernando Fuentes Pinzón



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